Hip Hop made in Perú


En el Perú, dentro de la urbe fatal donde la vertiginosa carrera por subsistir y el caos citadino deforma y genera la neurosis colectiva de nuestra sociedad, existe un movimiento subterráneo de jóvenes lúcidos que apuestan por manifestar aquel sentir plasmándolo en canciones, cuya temática discurre entre sentimientos encontrados. Furia, penas, alegrías e identidad nacional, forman la columna vertebral de esta cultura urbana llamada hip hop.

Esta cultura subterránea esta constituida por cuatro pilares. El
MCing (o rapero), el DJ (o mezclador), que forma el estilo musical del hip hop, el breakdancing (bailarines o breakers), y el graffiti, que consiste en la pinta de muros o la pinta sobre cualquier superficie urbana.

Lunes, once de la mañana. Luego de las pesquisas respectivas al tema llegamos a las Galerías Brasil. Renato Malla “
Coche Bomba”, nos recibe en su tienda del segundo piso donde comercializa música hace más de 10 años. Para Renato todo comenzó con el rap.

“Escucho distintos tipos de música porque la música me gusta. Antes escuchaba
heavy metal y hasta ahora me agrada, pero el año 96 comencé a comercializar discos de rap. Ahora la colección más grande que tengo es de hip hop”. Afirma “Coche Bomba.

Renato es uno de los más conocidos personajes relacionados al comercio de este género musical. “
Coche Bomba”, no es un simple comerciante, pues ha hecho del hip hop, una empresa. A sus 30 años tiene las cosas claras y considera que lo suyo es un estilo de vida. Por eso, no sólo se dedica a las ventas. Auspicia a los distintos grupos del entorno para lograr la producción de los discos. Además, otro de sus recursos empresariales es la agencia de seguridad “Street x“, con la cual presta servicios en los distintos conciertos que se realizan en Lima.

Según “
Coche Bomba”, el público que compra hip hop es variado. Están los que compran de todo, los curiosos, los poseros, los que compran un disco por una sola canción que escucharon por ahí y les gustó. Sin embargo, los consumidores verdaderos son aquellos que buscan discos completos. Los que van por todas las canciones que el disco presenta. Los que quieren oír lo que escucharon en una presentación por algún recóndito lugar de Lima. Ese es el público objetivo. Son los hip hoperos. Los que siguen los conciertos, los que siempre están ahí. Ellos vienen en busca de grupos nacionales como “Fucking Clan”, “Fortaleza”, “Radical People”, “Los Nandez”, entre otros.




ANTECEDENTES

Cuando a fines de los años 70, en barrios marginales de los Estados Unidos como el Bronx, surgía un movimiento cultural que consistía en la expresión pura de la rebeldía juvenil, nadie pensó jamás que aquel movimiento llegaría más lejos de lo imaginado.

Con un lenguaje cotidiano aquellos muchachos callejeros comenzaron por cantar en las esquinas. Bastaba tener ritmo, rima, y ganas de compartir sus sentimientos a través de la música. Pronto aquella expresión cultural tendría un efecto multiplicador que iría más allá de toda frontera.

Esta forma de expresión juvenil se fue expandiendo y evolucionando de forma tal que hoy el
hip hop está presente en los cinco continentes. Ahora se ha convertido en un movimiento cultural conocido como “underground” o “subterráneo”. Aquel que se manifiesta en todos lados por que siempre hay algo que decir, que comunicar, que cuestionar.

Hay que entender que lo subterráneo es aquello que no es comercial en el sentido que no se escucha en las radios. No aparece en los canales de televisión ni forma parte de una moda en el vestir. Se mueve entre círculos de gente que en realidad disfruta de lo que considera suyo y lo adopta como estilo de vida. Entre quienes ven la realidad desde perspectivas distintas e identifican ese sentir y pensar con letras de las canciones que escuchan de sus grupos favoritos.


EL EPICENTRO NACIONAL

Siguiendo el hilo conductor de esta aventura subterránea nos dirigimos al distrito de San Luís. Tito Valle “Taito” atiende el intercomunicador de su casa (sede de
Rapealo.com, portal del hip hop peruano), acompañado por Paola Amoretti (parte del staff de Rapealo.com) nos dan la bienvenida mientras entramos a la oficina guiados por el ritmo de algún grupo nacional que sonaba en el ambiente.

Tito y Paola se muestran amables y curiosos por la iniciativa de investigar el mundo
underground en el Perú. Desenfadados y sencillos, son los responsables de mantener el portal que cuenta entre muchas cosas con entrevistas, foros, y radio en vivo.

Para “Taito” mantener el portal es cuestión de amor al arte, pues a veces se gasta más de lo que se gana, con tal de hacer que la cultura
hip hop en el Perú crezca.

“Cuando escuchas
hip hop te involucras con la cultura y te preguntas qué puedes hacer por ello. Yo se hacer páginas web y así lo hice. Si esa cultura va más allá y se convierte en un sentimiento, das tu dinero, tus pasajes, tu comida. Quienes no lo hacen es por que no lo sienten”. Afirma Tito.

“Taito” señala que el hip hop en
Lima tiene muchos seguidores pero en provincias la movida es más grande. Él afirma que uno de los bastiones del hip hop peruano es Trujillo.

“En
Trujillo a la hora de hacer un concierto todos te ayudan, nadie te cierra las puertas, la gente de los restaurantes colabora poniendo afiches. En Lima tienes que hacer muchas gestiones, hablar mil veces, regalar discos. Es otra onda”. Sostiene Tito.

Para “Amoretti” la diferencia es que
Lima es más grande. Trujillo es más chico y la gente es más abierta, saben las letras de las canciones y si te ven en la calle se alocan. Acá escuchan la música y si te ven hacen un buen comentario y nada más. Somos más fríos”. Aclara Paola.

De pronto suena el intercomunicador y aparece en la oficina Enrique Erausquin “Mr. Lyrico”, vocalista de los “
Fucking Clan”. Con ropa deportiva y la cabeza rapada toma por asalto la conversación mientras manda comprar unas cervezas.

“Lyrico” es uno de los pioneros del
hip hop en el Perú y ha sido testigo de la evolución de este movimiento cultural. A los 26 años, es uno de los dinosaurios de este estilo musical.

Según Enrique, la movida es buena y poco a poco seguirá mientras surjan nuevos grupos que tengan una buena trayectoria y sirvan como referente para los más chiquillos que se interesan por la cultura y empiezan a tener el sentimiento. Además reafirma la idea de Tito sobre el amor al arte.

“Si te vas a un concierto vas a ver las mismas caras que en la presentación anterior. Los hip hoperos de más de 26 años ya trabajamos en otras cosas para ganarnos la vida. Algunos ya tienen hijos, y quienes van a los conciertos tienen entre 16 y 21 años. Son gente que no tiene plata para gastar”. Sostiene “Lyrico”.

Nuevamente suena el intercomunicador y aparece Ytalo Bisso, (integrante del Duo Orates). De rostro relajado, camisa, corbata, y un chullo, se integra a la conversación.

Bisso escribe desde los doce años. Hoy tiene 17, y entre otras cosas ha tenido que trabajar en discotecas para grabar un demo con su compañero Tommy. Ytalo está seguro que la movida está creciendo y afirma que ahora en cualquier sitio se encuentra gente que rapea.

Es necesario resaltar que muchas de las letras de los grupos de
hip hop en el Perú, contienen una crítica social que abarca desde temas políticos hasta una fuerte dosis de identidad nacional, que los convierten en un bastión de lo que podría ser una alternativa para sacar del letargo en el cual se encuentran muchos sectores de nuestra juventud.

Mientras tanto, “Lyrico” destapa una cerveza y nosotros cerramos la conversación para cruzar el umbral de la bohemia, pensando en todo aquello que significa ese amor al arte, y aquel estilo de vida que comprende este fenómeno cultural que no es moda. Es
hip hop.


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